La Biblia es clara respecto a este tema (Deuteronomio 18:10,11), ya que es abominación a Jehová para quien hace esto (Deuteronomio 18:12).
Comunicarse con los muertos era costumbre de las naciones paganas, pero para el pueblo de Dios estaba y está terminantemente prohibido. (Deuteronomio 18:14).
Según la creencia popular de muchas iglesias y denominaciones, el alma de los muertos va al cielo, entonces, ¿por qué tendría que ser abominación intentarse comunicar con ellos? Porque los muertos nada saben (Eclesiastés 9:5), y porque son los ángeles caídos (Apocalipsis 12:4) quienes, tomando la apariencia del difunto, se comunican con quienes practican espiritismo. Es por ello que es anatema a nuestro Dios (Levítico 20:6)
«Y si os dijeren: Preguntad a los encantadores y a los adivinos […] responded: ¿Consultará a los muertos por los vivos?» (Isaías 8:19)
El promotor del espiritismo es Satanás, el cual dijo: «No moriréis» (Génesis 3:4), dejando una puerta abierta a dicha práctica.
Recuerda que la mayoría no siempre tiene la razón.
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