“Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” (Génesis 2:16, 17)
Como bien sabemos, el hombre pecó al decidir desobedecer a Dios y comer del fruto, sin embargo no murió en aquél mismo día tal y como Dios había dicho: “Porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” (Génesis 2:17), sino que «fueron todos los días que vivió Adán novecientos treinta años; y murió» (Génesis 5:5).
Muchos ven en este pasaje una discrepancia entre la sentencia anunciada por Dios y su cumplimiento, ya que Adán vivió 930 años y no murió ese mismo día.
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