La Biblia declara que en la desesperación del rey Saúl (1 Samuel 28:5), este consultó a la adivina de Endor (1 Samuel 28:7) para poder hablar con el profeta Samuel (1 Samuel 28:11), el cual estaba muerto (1 Samuel 28:1). Ahora bien, ¿fue Samuel quién se le apareció a la adivina de Endor? (1 Samuel 28:12); ¿fue Samuel quien habló con el rey Saúl? (1 Samuel 28:15-19).
La Biblia declara abundantemente “que los muertos nada saben”, que no tienen memoria (Eclesiastés 9:5), “ni obra, ni trabajo, ni conocimiento, ni sabiduría” (Eclesiastés 9:10), por lo tanto, quién “reveló” lo que iba a suceder a Israel no fue Samuel, sino un ángel caído (Gálatas 1:8; 2 Corintios 11:3,4).
Dios, había anatematizado la nigromancia y la adivinación (Deuteronomio 18:10-12), por lo tanto es absurdo pensar que Dios, mediante este medio, concediera la petición de Saúl, y así como Satanás tuvo poder para presentarse ante Jesús como un ángel de luz (Mateo 4:1-11), el diablo aprovechó esta oportunidad para presentarse ante Saúl como en forma de Samuel.
Aunque la Biblia diga que “Samuel dijo” (1 Samuel 28:15), esta simplemente relata lo que Saúl y la adivina de Endor vieron y creyeron.
Recuerda que la mayoría no siempre tiene la razón.
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