Una vez Cristo murió (Mateo 27:50), el velo del templo se rasgó en dos (Mateo 27:51).
Al desgarrarse el velo, símbolo de Cristo, Dios había señalado la culminación del servicio del sacerdocio y de sacrificios y oblaciones.
En el servicio típico en el santuario terrenal, se ofrecían dos corderos, uno por la mañana y otro por la tarde (Éxodo 29:38,39).
El velo rasgado significaba que este servicio debía culminar, y que el verdadero Cordero (Juan 1:29) había sido inmolado.
Jesús fue crucificado a la hora tercera (Marcos 15:25) después de la salida del sol, esto es las 9 de la mañana. También sabemos que estuvo seis horas pendido en la cruz (Marcos 15:34), hasta la hora novena (Marcos 15:34) o sea, las 3 de la tarde, hora en la cual expiró (Lucas 23:46).
Cuando Cristo murió en la cruz, justamente se iba a oficiar el sacrificio de la tarde, pero el velo rasgado mostró, entre otras cosas, que ese sistema debía culminar.
Recuerda que la mayoría no siempre tiene la razón.
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