Al notar el legado el efecto que produjera el discurso de Lutero, temió, como nunca antes, por la seguridad del poder católico-romano, y resolvió echar mano de todos los medios que estuviesen a su alcance para acabar con el reformador.
Las noticias de que Lutero se aproximaba a Worms crearon una gran conmoción. Sus amigos temblaron por su seguridad; sus enemigos temieron por el éxito de su causa.