El propio Jesús nos dice que el pecado imperdonable es la blasfemia contra el Espíritu Santo (Mateo 12:31,32), ¿pero en que consiste este pecado el cual es imperdonable? Consiste en la resistencia progresiva a la verdad (Mateo 9:24,34), y culmina en una decisión final e irrevocable en contra de esa verdad de forma deliberada, sabiendo que se está procediendo incorrectamente (Marcos 14:63-65).
Entonces la conciencia queda cauterizada por la resistencia continua a las impresiones del Espíritu Santo (Romanos 8:26).
El que hace esto último no puede arrepentirse porque su conciencia se ha tornado para siempre insensible y no quiere arrepentirse. Su persistente perversión del libre albedrío da por resultado la pérdida de la capacidad de discernir lo correcto de lo que no lo es, y por último el mal parece ser bueno, y el bien parece ser malo (Isaías 5:20)
Entonces esta negativa, este proceder, se vuelve imperdonable. No porque Dios no esté dispuesto a perdonar (Jeremías 31:34), sino porque el que ha cometido este pecado no tiene deseo de ser perdonado (Apocalipsis 9:20,21)
La persona que ha cometido el pecado imperdonable ha cortado la comunicación con el Cielo a fin de no ser molestada más por las advertencias dadas por el Espíritu Santo.
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