¿Es posible vivir sin pecar?

Jesús vino a salvar a las personas del pecado; vino a destruirlo. El pecado nunca entrará en el cielo. Nuestra actitud hacia el pecado debe ser intransigente.

No puede haber duda en cuanto a hacerlo aceptable o disminuir su forma. Debe ser destruido. Y la única manera de erradicarlo consiste en recibir la plenitud de Jesucristo y su gracia en la vida.

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