«Lamentarán la gran maldad existente en el mundo y apoyarán el testimonio de los ministros de la religión en el sentido de que la DEGRADACIÓN MORAL SE DEBE A LA PROFANACIÓN DEL DOMINGO. Grande será la indignación despertada contra todos los que se nieguen a aceptar sus aseveraciones.» (El Conflicto de los Siglos, pág. 648).
El cambio climático es una apuesta segura en la que el papado trabaja para que se imponga el domingo como día de descanso. Se señalará la falta de moral en un mundo degradado como la principal causa de los problemas medioambientales, y la falta de empatía hacia los más pobres -principales afectados por el cambio climático- el motivo principal para proponer un día de descanso a la semana.
El mismo papa escribió en la encíclica de 2015 «Laudato, si» (Alabado, seas):
«El auténtico desarrollo humano posee un CARÁCTER MORAL y supone el pleno respeto a la persona humana, pero también debe prestar atención al MUNDO NATURAL y tener en cuenta la naturaleza de cada ser y su mutua conexión en un sistema ordenado». (Punto 5)
«Mientras tanto, los poderes económicos continúan justificando el actual sistema mundial, donde priman una especulación y una búsqueda de la renta financiera que tienden a ignorar todo contexto y los efectos sobre la dignidad humana y el MEDIO AMBIENTE. Así se manifiesta que la DEGRADACIÓN AMBIENTAL y la DEGRADACIÓN HUMANA y ÉTICA están ÍNTIMAMENTE UNIDAS.» (Punto 56)
«La ECOLOGÍA HUMANA implica también algo muy hondo: la necesaria relación de la vida del ser humano con la LEY MORAL escrita en su propia naturaleza, necesaria para poder CREAR UN AMBIENTE MÁS DIGNO.» (Punto 155)
«Por eso, «además de la leal solidaridad intergeneracional, se ha de reiterar la urgente NECESIDAD MORAL de una renovada solidaridad intrageneracional».» (Punto 162)
«Es un hecho que, cuando los hábitos de la sociedad afectan el rédito de las empresas, estas se ven presionadas a producir de otra manera. Ello nos recuerda la responsabilidad social de los consumidores. «Comprar es siempre un ACTO MORAL, y no sólo económico». Por eso, hoy «el tema del DETERIORO AMBIENTAL cuestiona los comportamientos de cada uno de nosotros». (Punto 206)
«La CARTA DE LA TIERRA nos invitaba a todos a dejar atrás una etapa de autodestrucción y a COMENZAR DE NUEVO, pero todavía no hemos desarrollado una CONCIENCIA UNIVERSAL que lo haga posible. Por eso me atrevo a proponer nuevamente aquel precioso desafío: «Como nunca antes en la historia, el DESTINO COMÚN nos hace un llamado a buscar un NUEVO COMIENZO».» (Punto 207)
«La LEY DEL DESCANSO SEMANAL imponía abstenerse del trabajo el séptimo día «para que reposen tu buey y tu asno y puedan respirar el hijo de tu esclava y el emigrante» (Éxodo 23,12). El descanso es una ampliación de la mirada que permite volver a reconocer los derechos de los demás. Así, el DÍA DE DESCANSO, cuyo centro es la Eucaristía, derrama su luz sobre la semana entera y nos motiva a INCORPORAR EL CUIDADO DE LA NATURALEZA Y DE LOS POBRES. (Punto 236)
Como vemos en toda la encíclica, el Papa Bergoglio une el deterioro medioambiental a una falta de moralidad en la sociedad. Después de pasear por los más de 200 puntos que tiene la encíclica, concienciándonos de las consecuencias de una vida poco sostenible y la despreocupación de los paises más desarrollados por nuestro entorno, introduce, como casi sin querer, la solución a todos los problemas que nos ha presentado en los puntos anteriores:
LA NECESIDAD DE UN DÍA DE REPOSO CONJUNTO PARA EL CUIDADO DE LA NATURALEZA Y DE LOS POBRES.
Ahora, con todo el problema generado con el Coronavirus, el mundo se ha parado, ha dejado de producir de forma drástica, las tiendas se han cerrado, y se han cancelado miles y miles de vuelos. Los medios de comunicación, ayudados por fotografías de la NASA, han enseñado imágenes aereas de las emisiones de CO2 antes del COVID-19 e imágenes actuales, y confirman que «gracias» al virus se ha reducido de forma drásticas las emisiones de CO2. A la vez se han levantado varias plataformas llamadas «green sabbath», en las que piden un día a la semana para que el mundo descanse de su actividad para salvaguardar el medioambiente en un mundo que va a la deriva.
La Biblia dice:
«Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.» (Éxodo 20:8-11)
¿Será que el Papa cuando habla de un «día de descanso» semanal para la Tierra se refiere al Sábado de la Biblia? Sabemos que no.
El cardenal James Gibbons escribió: «Podrás leer la Biblia desde Génesis hasta Apocalipsis, y no encontrarás ni una sola línea que autorice la santificación del domingo. Las Escrituras mandan la observancia del Sábado, el día que nosotros nunca santificamos« (La Fe de Nuestros Padres, Edición 88, pág.89)
Monseñor Segur escribió en Plain Talk About the Protestantismo of Today, pág. 213: «La observancia del domingo de parte de los protestantes es un homenaje que ellos rinden, muy a su pesar, a la autoridad de la iglesia [católica]«.
«El domingo es una institución Católica y la demanda para su observancia sólo puede defenderse basándose en principios Católicos… Desde el principio hasta el final de las Escrituras, no existe un solo texto que autorice la transferencia de la adoración semanal pública del último día de la semana [sábado] al primero [domingo]«. Catholic Press, Sydney, Australia, agosto 1990.
Hay decenas y decenas de declaraciones de fuentes católicas que aseguran que el sábado es el séptimo día y el día que Dios nos pide que guardemos, sin embargo esas mismas fuentes declaran que han cambiado ese día de sábado a domingo y que tienen autoridad para hacerlo.
El emperador Constantino en el s. IV «aceptó» el cristianismo, ¿pero que hizo? Trajo al cristianismo costumbres del paganismo, y entre ellas introdujo el domingo, día que los romanos tenían de adoración al Sol (Sunday).
Los cristianos antes de eso guardaban el sábado (shabbat bíblico, nuestro sábado actual).
El emperador romano se «unió» al cristianismo, y de este modo Roma consiguió por medio la perspicacia lo que no había podido conseguir con la persecución: CONSEGUIR QUE LA HUMANIDAD PRÁCTICAMENTE ENTERA ACEPTARA EL PAGANISMO. De esa amalgama de paganismo y cristianismo, surgió lo que conocemos como ICAR (Iglesia Católica Apostólica Romana). A la vez el sábado fue perdiendo su posición como día santo y bendito de Jehová y el domingo fue ganando importancia, hasta el punto de hacer de ese día un día de observancia obligatoria para los cristianos y echando fuera el día verdarero, el séptimo (el sábado). Pero en 1798, y después de 1260 años de hegemonía papal, este perdió la influencia; en General Berthier, por orden de Napoleón, apresó al Papa, y aunque la iglesia católica siguió, esta ya no teníaa el apoyo del poder civil, ya no sólo en Francia, sino en Europa.
Lo que busca el papado en la actualidad es volver a recuperar lo perdido y para ello necesita de los gobiernos civiles para poder a ejercer influencia sobre ellos y ellos sobre el mundo y presentar de este modo el domingo como un día de descanso para que la tierra y las personas reposen, e imponer en él un día de adoración opuesto al sábado de Dios.
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