Cuando el mensaje es predicado y recibido con alegría por unos, siempre surge la oposición. Cuando Pablo y Bernabé hablaron con denuedo «muchos de los judíos [y de] los prosélitos piadosos [les] siguieron» (Hechos 13:43), sin embargo levantaron oposición:
«Pero viendo los judíos la muchedumbre, se llenaron de celos, y rebatían lo que Pablo decía, contradiciendo y blasfemando» (Hechos 13:45).
Cuando Pablo y Bernabé fueron a Iconio, «hablaron de tal manera que creyó una gran multitud de judíos, y asimismo de griegos» (Hechos 14:1), «mas los judíos que ni creían excitaron y corrompieron los ánimos de los gentiles contra los hermanos» (Hechos 14:2).
Esta actitud producía división, ya que «unos estaban con los judíos, y otros con los apóstoles» (Hechos 14:4), y la verdad quedaba interrumpida.
«Siempre que se predica la verdad vienen personas a entorpecer la obra.«
Cuando «Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo» (Hechos 6:8), «se levantaron unos de la sinagoga […] disputando con Esteban» (Hechos 6:9), pero como sucede hoy, «no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba» (Hechos 6:10). Lastimosamente, viendo que no podían resistir el poder y la sabiduría que Dios daba a Esteban, los fariseos «sobornaron a unos para que dijesen que le habían oído hablar palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios» (Hechos 6:11).
Apóyanos para seguir adelante con este ministerio:
Siempre que se predica la verdad vienen personas a entorpecer la obra. «Nada hay nuevo debajo del sol» (Eclesiastés 1:9) dice Salomón. «¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará» (Eclesiastés 1:9).
«si al padre de familia llamaron Beelzebú, ¿cuánto más a los de su casa?»
La actitud y respuesta a la verdad siempre será la misma, porque el espíritu es el mismo. Cambian las personas, cambian las formas en que somos atacados (y muy pronto perseguidos), pero el espíritu es el mismo.
Cuando Jesús obraba en favor de la raza humana como hombre aquí en la tierra, recibió burlas (Mateo 9:24); le dijeron que su obra era de Satanás (Mateo 9:34); que era «un hombre comilón, y bebedor de vino» (Mateo 11:19). De Juan el Bautista dijeron: «Demonio tiene« (Mateo 11:18).
Y hay que pensar en una cosa, «si al padre de familia llamaron Beelzebú, ¿cuánto más a los de su casa?» (Mateo 10:25)
Suscríbete a nuestro canal de Youtube:
Síguenos en Facebook:
Dejar una contestacion