Un vecino de Praga, Jerónimo, que posteriormente iba a colaborar muy estrechamente con Hus, trajo consigo, al regresar de Inglaterra, los escritos de Wiclef. La reina de Inglaterra, que se había convertido a las enseñanzas de éste, era una princesa bohemia, y por medio de su influencia las obras del reformador también tuvieron amplia circulación en bohemia. Hus leyó esas obras con interés, y se sintió movido a mirar con simparía las reformas que el proponía. Aunque sin darse cuenta, Hus ya había entrado en un sendero que lo alejaría de Roma.
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