Dislexia bíblica en el Nuevo Testamento II – 1 Juan 1:5-10

Hoy vamos a analizar 1 Juan 1:5-10, el cual tiene como encabezamiento el título de «Dios es luz». Como pasa con muchos otros versículos, solemos atribuir ese «concepto» de Dios a una divinidad formada por dos o tres personas, pero no sabemos determinar quién dijo qué o quién fue quién, dejando en tinieblas un texto qué, analizado correctamente, no trae tinieblas, sino luz.

¡Empecemos!

«Éste es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él» (1 Juan 1:5).

¿Quién es luz? Dios. ¿Y quién es Dios?

«1 Juan 1:5 se está refiriendo al Padre»

Según 1 Corintios 8:6, Dios es el Padre, ya que «para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él» (1 Corintios 8:6).

(AVISO A NAVEGANTES, no estamos negando la Divinidad del Hijo, sino que estamos tratando de mostrar a quien se refiere el título de «Dios» en 1 Juan 1:5-10).

A la vez, en Juan 17:3 se reconce al Padre como «el único Dios verdadero», por lo tanto podríamos confirmar que el «Dios» de 1 Juan 1:5 se está refiriendo al Padre, aun así, es por el propio contexto de los versículos que podemos determinar el quién dijo qué, y el quién fue quién.

Apóyanos para seguir adelante con este ministerio:

¡Sigamos!

«Si decimos que tenemos comunión con él» (1 Juan 1:6) ¿Con quién? Con Dios. ¿Pero a que persona se refiere? ¿Al Padre? ¿Al Hijo? ¿Al Espíritu Santo?

«Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros» (1 Juan 1:7). Volvemos a lo mismo. Él está en luz, ¿pero quién es?

La segunda parte del versículo 7 lo aclara todo:

«Y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado».

Aquí vemos que ese «él», ese «Dios», se está refiriendo en estos versículos única y exclusivamente al Padre, y por lo tanto, si empezamos a intercambiar «él» por «Padre», y «Dios» por «Padre», los versículos desvelan el misterio y se abren a un mayor entendimiento, quedando así:

«Este es el mensaje que hemos oído del Padre, y os anunciamos: el Padre es luz, y no hay ningunas tinieblas en el Padre. Si decimos que tenemos comunión con el Padre, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como el Padre está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.» (1 Juan 1:5-7)

Luego los versículos siguen:

«Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.» (1 Juan 1:9-10)

Pero como ya hemos despejado la incógnita, no es facil saber quien es ese «él es fiel y justo» y quien es aquel que hacemos mentiroso:

«Si confesamos nuestros pecados, el Padre es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, hacemos al Padre mentiroso, y su palabra no está en nosotros.» (1 Juan 1:9-10)

A nosotros nos gusta entender lo que dice la Palabra de Dios y entender lo que él nos dice, sin olvidar quién es quien nos los dice.

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