Lo que se dice; lo que es

La doctrina de la Trinidad, lo que dice, defiende y cree es que hay un solo Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo, una unidad de tres personas coiguales y coeternas. Esta doctrina asevera decir, al menos en el adventismo moderno, que en algún momento de la eternidad, Padre, Hijo y Espiritu Santo se reunieron en un concilio en el cielo para decidir quien iba a hacer que y quien iba a ser quien.

«La Biblia no habla de roles, sino de una relación clara entre dos seres: Dios el Padre y el Hijo de Dios.»

Dicha doctrina asegura que los tres son Dios, pero en ese concilio se decidió que roles iba a tomar cada uno de ellos, decretando que uno iba a hacer de Padre (Dios Padre), el otro iba a hacer de Hijo (Dios Hijo) y el otro iba a tomar el rol de Espíritu Santo (Dios Espíritu Santo). Ahora bien, que esto sea la versión oficial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (actual), no significa que sea la versión oficial registrada en las Escrituras.

La Biblia es tajante al declarar que «para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.» (1 Corintios 8:6)

Apóyanos para seguir adelante con este ministerio:

A la vez, la Biblia no habla de roles, sino de una relación clara entre dos seres: Dios el Padre y el Hijo de Dios, y sin lugar a dudas esto no son dos roles, ni dos títulos adjudicados a dedocracia, a suertes o en una larga conversación, sino que «las Escrituras indican claramente la relación que hay entre Dios y Cristo, y hacen resaltar muy claramente la personalidad individual de cada uno. Dios es el Padre de Cristo; Cristo es el Hijo de Dios.» (Consejos Para la Iglesia, 137.1.2) y esta es la verdad resistida sinceramente por muchos que, con buena fe pero alejados de la claridad de las Escrituras, se dejan influenciar por lo que dicen los pastores y lo que dice una iglesia sumida en el engaño, en lugar de ir a la propia Palabra de Dios y escudriñar por uno mismo.

Esta diabólica doctrina, que destruye la personalidad de Dios nuestro Padre y de su Hijo Unigénito Jesús, argumenta que hubo un concilio donde Dios, Dios y Dios (poco después Padre, Hijo y Espíritu Santo), se reunieron para elegir el cargo a desempeñar, sin embargo la Biblia enseña que «consejo de paz habrá entre ambos» (Zacarías 6:13), en otras palabras, consejo de paz habrá entre los dos, y no entre los tres como se nos dice.

La profeta de Dios, Ellen White, escribio que «el consejo de la paz estará entre los dos. El amor del Padre, no menos que el del Hijo, es la fuente de salvación para la raza perdida. Jesús había dicho a sus discípulos antes de irse: “No os digo, que yo rogaré al Padre por vosotros; pues el mismo Padre os ama.” (Juan 16:26, 27). Dios estaba en Cristo, reconciliando consigo mismo al mundo.” (2 Corintios 5:19). Y en el ministerio del santuario celestial, “el consejo de la paz estará entre los dos.” “De tal manera amó Dios al mundo, que dió a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en él, no perezca, sino que tenga vida eterna.» (El Conflicto de los Siglos, 469.1)

Argumentos no nos faltan para defender las Escrituras y mostrar una y otra vez el engaño de dicha doctrina (La Trinidad) que no tiene fundamento bíblico y que se basa en criterios ilógicos basados en especulaciones y no en verdades claras. El catolicismo, de forma astuta, y bajo un «semi-escrito está», defiende que María es la Madre de Dios, y lo hace a base de declaraciones no categóricas, sino haciendo un hilo argumental de la propia Biblia, pero sin que ella lo declare rotundamente.

«No creas lo que alguien te diga. No te creas, ni tan siquiera, lo que nosotros te digamos. Ve a la Biblia.»

La Iglesia Católica dice que María es la madre de Jesús (Lucas 1:31), también dice que Jesús es Dios (Juan 1:1), por lo tanto, supone que María es la Madre de Dios, y aunque no haya ningún versículo que diga que María es la Madre de Dios, se saca una conclusión falsa de dos verdades. Así sucede con el trinitarismo, se sacan conclusiones erroneas en base a verdades reveladas.

El remanente de Dios, los 144.000, no serán un pueblo con creencias basadas en especulaciones, sino a base de verdades bíblicas claras. A la vez, Apocalipsis 14:4 dice de ellos que «no se contaminaron con mujeres, pues son vírgenes», o sea, que no tendrán doctrinas erradas, ya que predicarán la verdad, ya que «en sus bocas no fue hallada mentira» (Apocalipsis 14:4).

No creas lo que alguien te diga. No te creas, ni tan siquiera, lo que nosotros te digamos. Ve a la Biblia.

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