La Apostasía Omega

Cuando nos referimos a Apostasía Omega casi siempre tendemos a hablar en clave futura. Solemos usar palabras como «cuando venga la apostasía…»; «la apostasía que tiene que venir…», o citamos pasajes como el de 1 Timoteo 4:1:

«Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios», refiriéndonos a un futuro inmediato pero que nunca parece llegar.

Otras veces solemos decir que la Apostasía Omega ya está aquí, pero que es algo reciente, algo que se ha fraguado en estos últimos minutos de la historia del mundo y del adventismo.

«La música instrumental que tenemos hoy en nuestras iglesias no es la Apostasía Omega, sino el resultado de la misma»

Ahora bien, si bien es cierto que la Apostasía Omega va en aumento y esta se desarrollará hasta la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo, al fin de la historia de esta humanidad, no debemos de caer en el error de creer que esta aun no ha venido o que es algo que se ha formado recientemente. De hecho, si pensamos lo primero, seguramente se debe a que nacimos ya dentro de la Apostasía Omega y estamos esperando un tiempo que no llegará, y si pensamos lo segundo, identificaremos mal que es la Apostasía Omega.

Apóyanos para seguir adelante con este ministerio:

Otro error habitual que solemos encontrar cuando se habla de Apostasía Omega es creer que esta gira entorno a la música instrumental que se oye dentro de nuestras iglesias (adventistas), pero simplemente deberíamos de ver esto como señales que nos muestran que ya estamos en la Apostasía Omega y no ver eso como la Apostasía Omega en sí misma. En otras palabras, la música instrumental que tenemos hoy en nuestras iglesias no es la Apostasía Omega, sino el resultado de la misma. Ahora bien, ¿qué es la Apostasía Omega? Para saber que es la Apostasía Omega, simplemente debemos estudiar la Apostasía Alfa que tuvo lugar dentro del adventismo a principios del s. XX, y de este modo poder determinar cual es la Omega.

Ellen White, hablando del Alfa de las apostasías que inició en 1903, escribió:

«Se me ha instruido que amoneste a nuestro pueblo, porque muchos están en peligro de recibir teorías y engaños que socavan las columnas fundamentales de la fe(Mensajes Selectos, Tomo 1, pág. 230.1)

Ahora bien, ¿cuales eran esas teorías y engaños que socavan las columnas fundamentales de la fe?

«Quienes procuran mover los antiguos pilares, no están afirmando las cosas; no recuerdan lo que han recibido y oído. Quienes tratan de introducir teorías que mueven las columnas de nuestra fe con respecto al santuario, la personalidad de Cristo o de Dios, están trabajando como ciegos. Procuran introducir incertidumbre y dejar al pueblo de Dios sin ancla, a la deriva.» (Manuscript Release 760:9, 10)

Y fue precisamente tocante a la personalidad de Cristo y de Dios lo que se vio afectado en dicha apostasía:

«He sido instruida por el mensajero celestial de que parte del razonamiento del libro Living Temple [Templo Viviente] es malsano y que ese razonamiento descarriaría la mente de aquellos que no están plenamente establecidos sobre los principios fundamentales de la verdad presente. Introduce aquello que no es nada sino especulación en cuanto a la personalidad de Dios y dónde está su presencia(Mensajes Selectos, Tomo 1, 235.3)

Y es que el artífice de dicha apostasía, John Harvey Kellogg, especuló acerca de este punto e introdujo en el adventismo el Alfa de las apostasías, dejando plantada la semilla de la Omega, la cual iría desarrollándose hasta el punto de echar raices y brotar dentro de la iglesia pocos años después.

“No os engañéis, muchos se apartarán de la fe prestando atención a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios. Tenemos ahora delante de nosotros el Alfa de este peligro. La Omega será de una naturaleza asombrosísima.” (Mensajes Selectos, Tomo 1, pág. 231.1).

Poco antes, Ellen White ya había reprendido a J. H. Kellogg en una carta escrita el 16 de Marzo de 1903:

«Usted no está claro de la personalidad de Dios, que es todo para nosotros como pueblo. Usted ha destruído virtualmente al Señor Dios mismo.» (E. G. White, carta 300, 1903).

Y en una carta de A. G. Daniells dirigida al hijo de Ellen White, W. C. White, este escribió sobre Kellogg lo siguiente y a que conclusiones había llegado:

«En poco tiempo había llegado a creer en la Trinidad y ahora podía ver con bastante claridad dónde estaba toda la dificultad. […] Ahora creía en Dios el Padre, Dios el Hijo, y Dios el Espíritu Santo(Carta de A. G. Daniells a W. C. White, 29 de octubre de 1903, pág. 1, 2).

La Apostasía Omega no trata de música mundana dentro del adventismo; la Apostasia Omega no trata de banderas del Vaticano paseándose por la Conferencia General; la Apostasía Omega no trata sobre la ordenación de la mujer, todo esto es el resultado de socavar los pilares fundamentales de la fe tocante la personalidad de Dios, pero no es la raíz del problema.

En 1931, una vez que todos los pioneros adventistas fueron al descanso, se introdujo en secreto dentro del adventismo los principios fundamentales para establecer la doctrina de la Trinidad y destruir de este modo la personalidad de Dios y de Cristo. Poco a poco se hizo y se ha hecho creer que la iglesia debía reformarse, que lo que se creyó desde 1844 hasta 1898 en relación a la Divinidad era errado. Pero Dios, haciendo provisión, inspiró a Ellen White para que escribiera lo siguiente:

«El enemigo de las almas ha procurado introducir la suposición de que había de realizarse una gran reforma entre los adventistas del séptimo día, y que esa reforma consistiría en renunciar a las doctrinas que están en pie como las columnas de nuestra fe y que había de comenzar un proceso de reorganización. Si se efectuara esta reforma, ¿qué resultaría? Los principios de verdad que Dios en su sabiduría ha dado a la iglesia remanente serían descartados. Sería cambiada nuestra religión. Los principios fundamentales que han sostenido la obra durante los últimos cincuenta años serían considerados como error. Se establecería una nueva organización. Se escribirían libros de una nueva orientación(Mensajes Selectos, Tomo 1, 238.3)

«Casi todos los que nacimos dentro del adventismo desde 1931 hasta ahora nacimos en la Apostasía Omega creyendo que esta debía de venir»

El Alfa de las apostasías fue terrible. Golpeó al barco, lo hirió, lo dañó, pero no lo hundió. Los pilares fundamentales fueron atacados pero no fueron tocados, manteniéndose firmes y sin cambios. Pero en 1931 empezó la Omega de las apostasías, haciendo caso omiso a lo que Dios había revelado:

«Se me ha instruido que hable con claridad. “Hazle frente”, es el mensaje que se me ha dado. “Hazle frente firmemente y sin demora”. Pero no hemos de hacerle frente sacando a nuestros obreros del campo para que investiguen doctrinas y puntos de diferencia. No hay tal investigación que debamos hacer. En el libro Living Temple se presenta el alfa de herejías mortíferas. La omega seguirá y será recibida por los que no estén dispuestos a prestar atención a la amonestación que Dios ha dado(Mensajes Selectos, Tomo 1, pág. 233.4).

«Cada pilar que él ha establecido debe ser fortalecido, ahora no podemos abandonar los cimientos que Dios ha establecido, no podemos ahora entrar en ninguna nueva organización; porque esto significaría apostasía desde la verdad(Manuscrito 129, pág. 6, 1906)

En 1931 se declaró, mediante las creencias oficiales, que lo que se creía en el pasado era error, empezándose a tejer una telaraña para que finalmente y de manera oficial se incorporara en 1980 la doctrina de la Trinidad como principio fundamental y todo el adventismo quedara y cayera atrapado como una mosca.

Casi todos los que nacimos dentro del adventismo desde 1931 hasta ahora nacimos en la Apostasía Omega creyendo que esta debía de venir, y pocos han estudiado por sí mismos y detectado lo que ha pasado dentro del adventismo. Se señala a aquellos que quieren mostrar la antigua y verdadera fe como los que están intentando hundir el barco, siendo tildados como artífices y promotores de la Apostasía Omega, cuando en verdad son los reparadores de portillos y calzadas que menciona el profeta Isaías.

La Apostasía Omega tiene que ver con la Trinidad, tiene que ver con la personalidad de Dios y de su Hijo y de como esta se ha destruido al incorporar roles en lugar de una relación de dos seres. A la vez ha añadido al Espíritu Santo como un tercer ser coigual y coeterno junto al Padre y al Hijo, otorgándole también toda la gloria, honra y la adoración que únicamente Dios y Cristo merecen.

La sierva del Señor dijo que la Apostasía Omega sería de una naturaleza asombrosísima, ¿por qué? Porque esta iba a penetrar de una manera tan eficaz dentro del adventismo que iba a hacer creer a todo aquel que se llama o se hace llamar adventista que la doctrina de la Trinidad es un principio fundamental tanto de la Biblia como del pueblo adventista y que siempre, o al menos desde 1898, fue establecido, convirtiéndose en un hito del adventismo.

La verdad es que nacimos dentro de la Apostasía Omega y no nos dimos cuenta, pero Dios no nos culpa de ello, sino que como Padre amante nos envía a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo para que abramos los ojos y se caiga el velo que no nos permite ver que nuestra religión fue cambiada, sus principios fundamentales pisados, entrando de este modo en una nueva organización, algo que la hermana White deja en claro que es: Apostasía desde la verdad; Apostasía Omega.

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