Los ocho remedios naturales

En un video que presentamos anteriormente en nuestro canal de Youtube, mostramos de una forma visual las ocho leyes (o remedios) de la salud. Aquí os dejamos el artículo para que podáis profundizar en el tema:

Aire:

El aire es sonido, olor, temperatura. El elemento más importante en el aire es el oxígeno (21 %  de aire total) y es la sustancia necesaria para la respiración celular animal.

Entre los beneficios del aire fresco están: mayor cantidad de oxígeno en los diferentes órganos, lo cual produce en el cerebro un estado de alerta y menos riesgo de depresión. Distiende los pulmones, disminuyendo así el riesgo de infecciones (neumonías).

El aire es parte de la vida.

Agua:

Nuestra salud depende del uso del agua tanto interna como externa. El organismo está compuesto principalmente por agua (60% del peso corporal). Los músculos y el cerebro en un 80% son agua. Si la mayor parte de la estructura es agua entonces es fundamental su consumo para el funcionamiento de la maquinaria, las lágrimas, la digestión y la absorción de los alimentos, la sangre, y el trabajo muscular, las funciones cerebrales, la respiración, regulación de la temperatura. En fin, todas las funciones vitales requieren agua.

Beneficios: Menos envejecimiento de la piel (arrugas) menos cansancio mental y muscular, menos hambre y por lo tanto mejor control de peso, menos riesgos de cálculos renales, eliminación más adecuada de toxinas. El agua externa también es muy útil como se nos indica en el  manual de hidroterapia.

Ejercicio:

El ejercicio es absolutamente vital. Aproximadamente el 45% del estado saludable de una persona se lo debe al ejercicio, no es un castigo para el cuerpo, es una bendición de Dios.

Debe ser diario (6 días a la semana), vigoroso. Procure que sea agradable; una caminata, el atletismo, ciclismo o cualquier otro deporte. El mejor ejercicio es trabajar la tierra.

Beneficios del ejercicio a nivel:

Cardiovasculares

Pulmonar

Sistema digestivo

Cerebro

Mejora el equilibrio hormonal

Control de peso

Aumenta la resistencia a las infecciones

Descanso:

El sueño es un periodo de conciencia reducida del cual se puede salir con un estímulo adecuado. Es un fenómeno complejo, no sabemos porque lo necesitamos, está controlado por el cerebro y por la influencia del medio ambiente. Los órganos del cuerpo necesitan descansar, el corazón descansa más que lo trabaja, unas 16 horas diarias, el estómago descansa periodos de una o dos horas entre comidas.

Sea regular con las comidas  y en otras actividades. El organismo funciona por ciclos. Consuma una comida liviana unas 4 horas antes de dormir, no coma para acostase. No tome café, té, chocolate, o bebidas cafeinadas. El alcohol deprime el (sueño REM) o sueño profundo.

Y póngase en paz con Dios.

Sol:

El sol es la vida, el color de la naturaleza, es la salud. La luz solar, por acción de los rayos ultravioleta, transforman el colesterol de la piel en vitamina D para la calcificación de nuestros huesos, disminuyen la presión arterial y la glicemia.

Destruye la mayoría de los microorganismos que se encuentran en nuestro alrededor, mejora las defensas aumentado el número de glóbulos blancos, mejora el estado de ánimo, nos da alegría y bienestar a través de los colores.

Disfrutemos del sol adecuadamente y encontraremos en él un gran beneficio para nuestra salud.

Temperancia:

La temperancia en pocas palabras es ser moderado con lo bueno y abstenerse de lo perjudicial. Este sencillo consejo es remedio para los mayores males de la humanidad: drogadicción, obesidad.

Temperancia significa llevar un estilo de vida que disminuya el riesgo de enfermedades y nos mantenga en armonía con la naturaleza y el Creador. Comprende la regulación en el trabajo, la lectura, el estudio, la alimentación (no comiendo nada entre comidas), el reposo, y el ejercicio. Elena de White escribió “solo la temperancia es el fundamento de todas las gracias que proceden de Dios, el fundamento de todas las victorias a ganarse”

Manténgase motivado. Establezca un sistema de prioridades para los cambios que necesita según el nivel de afectación de su salud. La mejor motivación es hacer cambios para alabar a Dios, para presentarle un cuerpo como una ofrenda agradable a Él.

Nutrición:

Debiéramos preocuparnos por una buena alimentación por varias razones:

Nuestras células se alimentan de lo que consumimos, y ellas sacan la energía para las diferentes funciones, el 45% de la salud depende de lo que comemos. Somos lo que comemos y pensamos como comemos. Cada 7 años cambiamos casi completamente las células de nuestro cuerpo.

Para una función armoniosa, el organismo necesita recibir diariamente una combinación de alimentos que aporte calorías (carbohidratos y grasa) proteínas para el recambio de nuevas células, vitaminas y minerales para acelerar los procesos metabólicos estas necesidades se cuantifican.

En nutrición no se deje llevar por el gusto, aliméntese por principios. Un régimen vegetariano es ideal, (Génesis 1:29) consuma una variedad de frutas, cereales enteros, verduras, ensaladas crudas, no utilice azúcar ni harinas refinadas, son calorías vacías,  no consuma grasa animal ni aceites vegetales calientes, consúmalos prensados en frío, haga del desayuno la mejor comida del día y de la cena la más liviana. No coma entre comidas.

Los beneficios de  alimentación saludable son: mayor longevidad,  sensación de bienestar, mayor vigor y peso adecuado y obediencia a Dios.

Confianza en Dios:

Con toda ternura decía a los cansados:

“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí que soy  manso y humilde de corazón: y hallares descanso para vuestras almas.” (Mateo 11:29).

Las circunstancias pueden separar a los amigos, pero ninguna circunstancia ni distancia alguna puede separarnos del Salvador. Más grande que el amor de una madre por su hijo es el amor de Cristo por sus rescatados. Es nuestro privilegio descansar en su amor y decir: “ En el confiaré: pues dio su vida por mí.”

El amor humano pude cambiar; el de Cristo no conoce mudanza. Cuando clamamos a él por ayuda su mano se extiende para salvarnos.

“El aire puro, el sol, la abstinencia, el descanso, el régimen alimentario conveniente, el agua y la confianza en el pode divino son los verdaderos remedios. Todos debieran conocer los agentes que la naturaleza provee como remedios, y saber aplicarlos”.

(Consejos sobre el régimen alimenticio Pág., 355)

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