Muchos utilizan este versículo para decir que abstenernos de ciertos alimentos «no nos hace más aceptos ante Dios» (1 Corintios 8:8), que Pablo estaba anulando Levítico 11 y que por lo tanto podemos comer todo tipo de carnes.
El contexto de este versículo (1 Corintios 8:8) no tiene nada que ver con las carnes limpias e inmundas (Levítico 11), sino con el consumo o no de carnes que habían sido sacrificadas a los ídolos (1 Corintios 8:1,4,7) según la conciencia de cada uno.
Para algunos cristianos era difícil desprenderse de sus antiguas supersticiones (1 Corintios 8:7) y por motivos de conciencia no podían comer de lo sacrificado a los ídolos (1 Corintios 8:10)
Por eso Pablo dijo que «de todo lo que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia» (1 Corintios 10:25), y esto lo dijo bajo el contexto de lo sacrificado a los ídolos.
Por lo tanto, que se comiera de lo sacrificado a los ídolos o no, no hacía a nadie más acepto o menos acepto ante Dios. A la vez se debía respetar siempre la conciencia de quien lo consumía o dejaba de hacerlo (1 Corintios 11:27,28)
Recuerda que la mayoría no siempre tiene la razón.
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