Una dualidad preocupante

El adventismo actual sostiene que Ellen White fue antitrinitaria hasta 1898; antitrinitaria hasta que dio un golpe sobre la mesa escribiendo «El Deseado de Todas las Gentes», donde supuestamente introduce un tercer ser que forma parte de la Trinidad: El Espíritu Santo. A priori no hay ningún problema con ello, simplemente, tal y como se nos ha hecho creer, la verdad es progresiva y por lo tanto ha habido una evolución de la doctrina, de antitrinitaria a trinitaria. Ahora bien, esto implica algo, y es que tendríamos que rechazar todos los escritos de Ellen White anteriores a esa fecha (1898) acerca de la Divinidad que excluyen al Espíritu Santo como un ser así como lo son el Padre y el Hijo.

Obviamente, si Ellen White era antitrinitaria y casi 60 años más tarde se hizo trinitaria debemos de considerar que todo lo que escribió antes de 1898 en relación a este tema no es fiable.

Ella escribió en «El Conflicto de los Siglos», lo siguiente:

«Cristo el Verbo, el Unigénito de Dios, era uno con el Padre Eterno: uno en naturaleza, en carácter y en designios; ERA EL ÚNICO SER EN TODO EL UNIVERSO que podía entrar en todos los consejos y designios de Dios.» (El Conflicto de los Siglos, 547.1)

«Si Ellen White era antitrinitaria y […] se hizo trinitaria debemos de considerar que todo lo que escribió antes de 1898 en relación a este tema no es fiable»

¿Qué sucede aquí? Ellen White escribió esta cita con anterioridad a 1898, por lo tanto, ¿qué implica? Implica que lo escribió bajo una convicción antitrinitaria, por lo tanto debería contradecir a la fuerza los escritos posteriores a esa fecha, ya que la Trinidad sostiene que Padre, Hijo y Espíritu Santo son tres seres co-iguales y co-eternos, y por lo tanto el Espíritu Santo también tendría que estar en esos concilios de los cuales la sierva del Señor dice que Cristo es el ÚNICO ser que tiene acceso a ellos.

Apóyanos para seguir adelante con este ministerio:

En el mismo libro y capítulo, ella escribe:

«El pecado nació en aquel que, DESPUÉS DE CRISTO, había sido el más honrado por Dios y el más exaltado en honor y en gloria entre los habitantes del cielo. Antes de su caída, Lucifer era el primero de los querubines que cubrían el propiciatorio santo y sin mácula.» (El Conflicto de los Siglos, 547.3)

Obviamente esta cita contradice la doctrina de la Trinidad, ya que la misma sostiene que el tercero en el cielo es el Espíritu Santo y no Lucifer, que pasaría a ser el cuarto, tomando Gabriel su lugar después de su caída.

«[Cristo] era el único ser que podía penetrar en todos los designios y fines de Dios.»

También en «Patriarcas y Profetas» ella escribe acerca del Padre y del Hijo, y lo hace fuera de todo marco trinitario. Es curioso que cuando se presenta esta u otras citas claramente antitrinitarias (escritas antes de 1898), muchos que tienen creencias trinitarias arguyen que Ellen White omite a la tercera persona de la Trinidad porque ella quería centrarlizar la figura del Padre y el Hijo pero sin excluir un tercero, pero este razonamiento no tiene lógica y carece de sentido porque ella no era trinitaria y por lo tanto no se puede incluir ahí una tercera persona en el sentido trinitario cuando el autor no lo era.

«El soberano del universo no estaba solo en su obra benéfica. TUVO UN compañero, UN colaborador que podía apreciar sus designios, y que podía compartir su regocijo al brindar felicidad a los seres creados. “En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios. Este estaba en el principio con Dios”. Juan 1:1, 2.» (Patriarcas y Profetas, 12.2). Y seguidamente ella explica quien es ese «Soberano del universo» y su compañero:

«Cristo, el Verbo, el Unigénito de Dios, era uno solo con el Padre eterno, uno solo en naturaleza, en carácter y en propósitos; era el único ser que podía penetrar en todos los designios y fines de Dios (Patriarcas y Profetas, 12.2)

Claramente, Ellen White, expresa principios no trinitarios, los cuales deberían de confrontar (teóricamente) con sus escritos después del supuesto cambio a trinitaria, sin embargo encontramos que no es así.

«Ellen White fue la mensajera del Señor y todo lo que escribió armoniza con la Escritura»

Ahora, estimado lector, nos gustaría que meditaras en estas preguntas:

¿Cómo no se contradice Ellen White acerca de este tema si hay una supuesta dualidad de creencias como autora antitrinitaria (anterior a 1898) y autora trinitaria (posterior a 1898)?

¿Por qué hacemos trinitarios sus escritos anteriores a 1898 si la autora no era trinitaria?

¿Por qué intentamos explicar las citas anteriores a 1898 y darle connotación trinitaria arguyendo que «en verdad quería decir que…» cuando la sierva del Señor no era trinitaria?

Amigo y hermano, nada de esto tiene respuesta a no ser que digas que Ellen White se contradijo, yerró y se equivocó, lo cual te tendría que llevar a decir que no es profeta de Dios. Sin embargo, desde «La Verdad Ilustada», decimos que Ellen White fue la mensajera del Señor y todo lo que escribió armoniza con la Escritura, antes de 1898 y después de dicha fecha, ¿por qué? Porque ella no cambió de doctrina como nos han hecho creer, sino que la desarrolló siempre bajo un mismo principio de dos seres, Padre e Hijo, y su representante el Espíritu Santo, fuera del alcance de cualquier mirada trinitaria y sin contradicción.

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