Los peligros del yoga

«Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.» (Génesis 3: 4, 5).

Para algunos el yoga es un medio de relajación y de alivio de la tensión, para otros es un ejercicio que promueve la salud y el estar en forma. Pero hay una tercera vertiente en relación al yoga, y es que no se puede separar del tronco de esta práctica la parte espiritual, quedando atada a ella cuando se practica.

Según el yoga lo divino habita dentro de cada uno a través de su representante microcósmico, el yo individual, llamado Jiva. Krishna describe el Jiva como «mi propia parte eterna», y afirma que «la alegría del yoga le llega al yogi en su plenitud cuando es uno con Brahma«. En el hinduismo, Brahma (evolución o desarrollo) es el dios creador del universo y miembro de la Trimurti (tres formas), la tríada conformada por Brahma (dios creador), Vishnú (dios preservador) y Shiva (dios destructor).

Apóyanos para seguir adelante con este ministerio:

«La filosofía y la práctica del yoga están basados en la creencia de que el hombre y dios son uno«

Las prácticas del Yoga están compuestas por ocho fases que van desde la ignorancia hasta la iluminación:

Fase 1. El autocontrol (yama).

Fase 2. La práctica religiosa (niyama).

Fase 3. Posturas (asana).

Fase 4. Ejercicios de respiración (pranayama).

Fase 5. Control de los sentidos (pratyahara).

Fase 6. Concentración (dharana).

Fase 7. Contemplación profunda (dhyana).

Fase 8. Iluminación (samadhi).

Aunque el yoga es presentado como una terapia de relajación, para el bienestar de la salud, e incluso para preparar el parto en la mujer, la Biblia nos dice que «no os maravilléis, pues también Satanás se disfraza de ángel de luz.» (2 Corintios 11:14).

El Yoga no es sólo un sistema elaborado de posturas y de ejercicios físicos como muchos creen, es una disciplina espiritual que pregona llevar el alma al samadhi, a la unión total con el ser divino. El samadhi es el estado en el que lo natural y lo divino se convierten en uno, el hombre y dios llegan a ser uno sin ninguna diferencia. Ahora bien, ¿de qué dios estamos hablando?

«Tener comunión con Brahma, el cual no es el Dios del cielo, sino es Satanás»

Cuando la serpiente, Satanás, engañó a la Eva, le dijo: «Sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios.« (Génesis 3:5)

La filosofía y la práctica del yoga están basados en la creencia de que el hombre y dios son uno. Se enseña a poner el énfasis en uno mismo en lugar del «único Dios verdadero y a Jesucristo» (Juan 17:3). Se anima a los que participan a buscar las respuestas a los problemas y cuestiones de la vida en su mente y en su conciencia en vez de buscar soluciones en la Palabra de Dios a través de Su Santo Espíritu.

A la vez, el yoga no anima a tener comunión con Dios, la cual es a través del estudio de su Palabra, la oración y la contemplación de todas las cosas que Él creó y a meditar en él, sino a tener comunión con Brahma, el cual no es el Dios del cielo, sino es Satanás, quien engañando al hinduista, y ahora al mundo occidental mediante esta «terapia», logra poner en comunión a los hombres con él.

«Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar(1 Pedro 5:8)

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