La reina Vasti hizo un menosprecio al rey al no querer comparecer delante de él, y el rey se encendió de ira al ser rechazada su invitación. (Ester 1:11,12)
Aquí Dios, a través de la historia de Ester, nos profetiza lo que está sucediendo en la actualidad con su profesa iglesia adventista y lo que sucederá especialmente en el futuro cuando Cristo regrese por segunda vez.
Cuenta el relato de Ester que en «el séptimo día» (Ester 1:10), el rey Asuero pidió a los eunucos «que trajesen a la reina Vasti a la presencia del rey con la corona regia, para mostrar a los pueblos y a los príncipes su belleza; porque era hermosa» (Ester 1:11), sin embargo nos sigue diciendo el libro de Ester en el versículo 12:
«Mas la reina Vasti no quiso comparecer a la orden del rey enviada por medio de los eunucos; y el rey se enojó mucho, y se encendió de ira.»
Luego sigue:
«Preguntó entonces el rey a los sabios que conocían los tiempos ([…] que veían la cara del rey, y se sentaban los primeros del reino); les preguntó qué se había de hacer con la reina Vasti según la ley, por cuando no había cumplido la orden del rey Asuero enviada por medio de los eunucos» (Ester 1:13-15)
En el versículo 19 se da la respuesta:
«Si parece bien al rey, salga un decreto real de vuestra majestad y se escriba entre las leyes de Persia y de Media, para que no sea quebrantado: Que Vasti no venga más delante del rey Asuero; y el rey haga reina a otra que sea mejor que ella.»
Todo el relato de Ester 1 tiene grandes connotaciones acerca del estado actual de la organización adventista y de lo que sucederá en la segunda venida de Jesús, cuando la profesa iglesia adventista (simbolizada en la reina Vasti) rechaza la invitación de su Rey, Cristo (simbolizado en el rey Asuero) en el séptimo día (Ester 1:10) –año 6000 o séptimo milenio–, provocando de este modo a Dios a ira (vers. 12) debido al menosprecio de su profeso pueblo (la reina Vasti).
«De la Roca que te creó te olvidaste; te has olvidado de Dios tu creador. Y lo vio Jehová, y se encendió de ira por el menosprecio de sus hijos y de sus hijas» (Deuteronomio 32:18,19)
Finalmente, mediante un decreto, se prohíbe al profeso pueblo de Dios que «venga más delante del rey» (Ester 1:19); «y el rey haga reina a otra que sea mejor que ella» (v. 19)
La profesa iglesia adventista es rechazada por su Rey, la cual ya no tiene tiempo para ir delante su presencia, y su puesto es dado a los que realmente sí son iglesia y quieren comparecer ante la presencia de su Rey.
«Y dijo: ESCONDERÉ DE ELLOS MI ROSTRO, VERÉ CUÁL SERÁ SU FIN; PORQUE SON UNA GENERACIÓN PERVERSA, HIJOS INFIELES» (Deuteronomio 32:20)
Se nos pide que no seamos como la reina Vasti, que teniendo la oportunidad de estar delante de la presencia del Rey para ser contemplada toda su belleza -reflejo del carácter de Cristo- rechazó la invitación cediendo su corona a otra que sí quiso ser su reina y estar siempre ante su presencia.
El testigo fiel dice:
«HE QUÍ YO VENGO PRONTO; RETÉN LO QUE TIENES, PARA QUE NINGUNO TOME TU CORONA.» (Apocalipsis 3:11)
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