Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. […] Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer. […] Tomo pues, Jehová al hombre, y lo puso en el huerto del Edén, para que lo labrara y cultivara. (Génesis 2:8, 9,15)
Era el plan de Dios que el hombre labrase la tierra y comiese el fruto de la tierra.
El propósito de Dios, era educar al hombre para que reflejara cada vez más el carácter de su Creador. Por eso Él eligió un ambiente más adecuado para incentivar al hombre en este propósito. Escogió un ambiente natural y una ocupación en el campo. No solo le dio Jehová Dios una ocupación física, sino que también colocó a su al alcance los misterios de la ciencia:
«La santa pareja no solo estaba bajo el cuidado paternal de Dios, eran también estudiantes que recibían instrucciones del Omnisciente Creador. […] Los misterios del universo visible, “las maravillas del que es perfecto en sabiduría” (Job 17:36), les suministraban una fuente inagotable de instrucción y placer. Las leyes y los procesos de la naturaleza, que han sido objeto del estudio de los hombres durante seis mil años, fueron puestos al alcance de sus mentes por el Forjador y Sustentador de todo. Se entretenían con las hojas, las flores y los árboles, descubriendo en cada uno de ellos los secretos de sus vida.» (Patriarcas y Profetas, pág. 32 y 33).
Pero una nota discordante se introdujo en la feliz existencia del hombre; a su libre elección, el hombre se aventuró en la búsqueda de otra fuente de conocimiento y de mejor existencia, desobedeciendo a Dios: «el día que comieres del árbol de la ciencia del bien y del mal ciertamente morirás».(Génesis 2:17). Esto trajo miseria y desesperación a la raza humana.
Y al hombre dijo: «Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.» (Génesis 3:17)
«La agricultura tiene como fin restaurar al hombre y el medio ambiente de nuevo con su Creador.«
Cada pecado que el hombre fue añadiendo sobre su existencia, aumentaba cada vez la maldición sobre la tierra reflejándola en las paginas del libro de la naturaleza.
Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche. (Génesis 8:1, 21 y 22). En este contexto del hombre caído y la tierra bajo la maldición, nos encontramos los agricultores de hoy. Frente a las dificultades de cardos y espinos, trabajos forzoso, una tierra sin fuerza, capas de suelo alteradas, y problemas con el clima, surge el desafío de la agricultura que tiene como fin restaurar al hombre y el medio ambiente de nuevo con su Creador.
«Dios mismo le dio instrucciones en cuanto a la forma de cultivar el suelo, y ellos debían cooperar con El en la restauración. De modo que la tierra bajo el dominio de Dios llegaría a ser una lección objetiva de verdad espiritual.»(Palabras de Vida Pág. 231)
«Ejecutad, pues mis estatutos y guardad mis ordenanzas y ponedla por obra, y habitaréis en la tierra seguros; y la tierra te dará su fruto, y comeréis hasta saciaros, y habitareis en ella con seguridad.» (Levítico 25:18-20)
«Canaán seria como el Edén si obedecían la palabra del Señor«
Y así como la tierra que poseían, si era cuidada con habilidad y fervor, produciría sus tesoros, así también sus corazones, si eran regidos por Dios, reflejarían el carácter de Dios.
«En las leyes que dio Dios para el cultivo del suelo estaba ofreciendo al hombre la oportunidad de vencer su egoísmo y tener la inclinación por las cosas celestiales. Canaán seria como el Edén si obedecían la palabra del Señor. Mediante ellos, el Señor tenía el propósito de enseñar a todas las naciones del mundo, como cultivar el suelo para que diera frutos sanos y libres de enfermedad. La tierra es la viña del Señor y ha de ser tratada de acuerdo con su plan. Los que cultivan en el suelo debían comprender que estaban haciendo el servicio de Dios.» (Comentario bíblico adventista Pág. 1126).
Al leer estas citas inspiradas entendemos que Dios tiene un plan para la agricultura. ¿Cuál es el plan específico de Dios para la agricultura? A Israel se le dio leyes sobre como cultivar el suelo.
Debemos aprender a sembrar la semilla en la en tiempo que debe ser, y prestar atención a la vegetación, siguiendo el plan que Dios ha ideado.
“En el estudio de la agricultura, no se le debería facilitar a los alumnos únicamente la teoría, sino la práctica. Al mismo tiempo que aprender lo que la ciencia enseña en cuanto a la naturaleza y la preparación del terreno, el valor de las cosechas, y los mejores métodos de producción.» (La Educación, pág. 215)
Miremos ahora, el sistema de agricultura que se le dio a Israel; instrucciones muy especificas de como labrar la tierra, y en las Escrituras no vamos a encontrar practicas detalladas en cuanto al cultivo se refiere, pero si a los principios de gran importancia para el éxito en el desarrollo en el trabajo agrícola de los cuales mencionaremos tres de ellos:
• La fidelidad a Dios como condición.
• La regularidad, la perseverancia, la constancia y el valor.
• El conocimiento de sobre las leyes naturales.
«Nadie tendrá éxito en los trabajos agrícolas si no presta atención a las leyes que rigen a cada una»
FIDELIDAD A DIOS:
«La fidelidad a Dios, a sus leyes, normas y estatutos: hay vida en la semilla, hay poder en el terreno; pero a menos que se ejerza día y noche el Poder Infinito, la semilla no dará su fruto.» (Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 44).
«Se ha de hacer que la tierra rinda su productividad, con todo sin la bendición de Dios no podría; de suyo, hacer nada.» (Educación Cristiana Pág. 348).
«Las montañas y las colinas están cambiando, la tierra se está en envejeciendo como la ropa de vestir, empero la bendición de Dios que tendió mesa para su pueblo en el desierto no cesará jamás.» (Joyas de los Testimonios, Tomo 2, pág. 444 y 445).
CONSISTENCIA Y REGULARIDAD:
«Por la mañana siembra tu semilla y en la tarde no dejes reposar tu mano» (Eclesiastés 11:6).
«La tierra oculta bendiciones en sus profundidades para los que tienen el valor, de la voluntad y la perseverancia para recoger sus tesoros.» (Hogar Cristiano, pág. 126)
«Debe ser arada frecuentemente y profundamente a fin de mantenerla libre de las malezas que se alimentan de la buena semilla sembrada.» (Palabras de Vida del Gran Mestro, pág. 66).
«Los agricultores no debieran pensar que la agricultura es una ocupación que no es suficiente elevada para sus hijos«
CONOCIMIENTO SOBRE LAS LEYES:
«El agricultor reflexivo descubrirá en la tierra tesoros jamás soñados. Nadie tendrá éxito en los trabajos agrícolas si no presta atención a las leyes que rigen a cada una.» (El Hogar Cristiano, pág. 126).
«Con un cultivo adecuado e inteligente la tierra entregará sus tesoros para provecho del hombre.» (Joyas de los Testimonios, Tomo 2, pág. 444).
«Los agricultores no debieran pensar que la agricultura es una ocupación que no es suficiente elevada para sus hijos. La agricultura debiera progresar mediante el conocimiento científico. Sus arados debieran producir surcos más profundos y anchos, y necesitan aprender que por labrar la tierra su personalidad no debe volverse vulgar y áspera. […] Aprender a sembrar la semilla en la sazón debida, y aprestar atención a la vegetación y seguir el plan que Dios ha ideado.» (Conducción del Niño, pág. 334 y 335).
Para tener un conocimiento sobre las leyes naturales necesitamos conocer la naturaleza y familiarizarnos con ella. Es por medio de trabajo con el suelo cuando aprendemos el real valor del plan Original de Dios para el hombre.
También necesitamos conocer otros aspectos secundarios que también son regidos por las leyes o ciclos naturales: las plantas, las semillas, malas hierbas, y los insectos, los abonos, la poda, etc.
LEYES SOBRE LA ESTRUCTURA FÍSICA Y QUÍMICA DEL SUELO
• Ley de la transformación de la materia orgánica.
• Ley de la Estructuración del Suelo.
El agua y el oxigeno en el suelo:
«El que ara para sembrar ¿Arará todo el día? ¿Romperá y quebrará los terrones de la tierra? Cuando ha igualado su superficie ¿No derramará el eneldo, siembra el comino, pone el trigo en hileras y la cebada en lugar señalado y la avena en su borde apropiado? Porque su Dios le instruye y el enseña lo recto.» (Isaías 28:24-26).
«La agricultura es el ABC de la verdadera educación»
«Mientras estábamos en Australia, adoptamos el plan de cavar zanjas hondas y llenarlas con relleno suficiente para crear una tierra buena. Esto lo hicimos para el cultivo de tomates, limoneros, durazneros y parras […] Al hombre de quien compramos los árboles […] le pedí que me permitiera mostrarle la manera de cómo debía ser plantados de acuerdo a la visión nocturna que se me había dado. Le pedí al hombre que contraté que cavara un hoyo profundo, y que entonces pusiera en él buena tierra, luego grava, y encima buena tierra. Después de esto puso capas de tierra de relleno (vegetal) hasta que el hoyo estuvo lleno. Le dije al dueño del vivero que yo había plantado de esta manera en un suelo rocoso de los Estados Unidos.»(Mensajes Selectos, Tomo 3, pág. 375)
Ley del cultivo:
«La atención requerida al trasplantar, para que no se cambien de lugar las raíces más finas, el cuidado de las plantas más tiernas, la poda y el riego; la protección contra la helada de la noche y el sol durante todo el día, el cuidado de mantenerlas alejadas de las malas hierbas, las enfermedades y las plagas de insectos.» (El Hogar Cristiano, pág. 126)
Ley del equilibrio biológico de insectos:
«Estas pestes deben ser exterminadas, o de otra manera nos molestarán, nos atormentarán y hasta destruirán las obras de nuestras manos y los frutos de nuestra tierra. Los árboles frutales deben ser fumigados.» (Mensajes Selectos, Tomo 3, pág. 375 y 376).
La agricultura nos recuerda que tenemos un Creador y que Él ha hecho provisión para nuestro presente y futuro. Dios, nos quiere enseñar que en el cultivo del suelo hay una bendición especial, por tanto debemos ser diligentes y prepara la mesa para el tiempo de premura. Cultivar es educación, la naturaleza es el libro de texto, Dios es el Maestro, y nuestra tésis la experiencia. Un sistema agrícola para el desarrollo físico, intelectual y espiritual del hombre. La agricultura es el ABC de la verdadera educación.
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