Edom y el profeso pueblo de Dios

A veces leemos la Biblia y la tomamos como algo que fue, como hechos históricos de la nación judía en tiempos pasados, pero no llegamos a entender ni comprender que esos eventos pasados se repiten y repetirán en el Israel espiritual: la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

“¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol. ¿Hay algo de que se puede decir: He aquí esto es nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido.” (Eclesiastés 1:9,10)

También la Biblia nos enseña que todo lo ocurrido en el pasado es para enseñanza y aprendizaje nuestro:

“Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.” (1 Corintios 10:11); “porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron.” (Romanos 15:4)

En el libro de Abdías, en su único capítulo, el mismo profeta describe a Edom. Lo hace de tal modo que Edom es comparable al carácter de aquellos Adventistas del Séptimo Día que profesan serlo pero que en verdad no lo son. Edom fue el sobrenombre que se le dio a Esaú al vender su primogenitura a su hermano Jacob por un guiso rojo (Génesis 25:27-34) y Abdías lo describe con “soberbia de corazón” (Abdías 1:3), también dice de él:

“Tampoco debiste haberte parado en las encrucijadas para matar a los que de ellos escapasen; ni debiste haber entregado a los que quedaban en el día de la angustia.” (Abdías 1:14), y es que el propio Jesús dijo: “Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán” (Mateo 24:9); “porque os entregarán a los concilios, y en sus sinagogas os azotarán.” (Mateo 10:17)

Ellen White, ampliando un poco más lo dicho por Jesús añadió:

“Yo vi que la iglesia nominal y los Adventistas nominales, como Judas, nos entregarán a los Católicos para obtener su influencia para luchar contra la verdad. Los santos serán entonces un pueblo oscuro, poco conocido para los Católicos; pero las iglesias, y los Adventistas nominales que conocen nuestra fe y costumbres (porque ellos nos odiaron a causa del Sábado, ya que no pudieron refutarlo) traicionarán a los santos y los denunciarán a los Católicos como los que desprecian las instituciones del pueblo; es decir, que ellos guardan el Sábado y desprecian el domingo.” (Spalding Magan Collection, pág. 1)

Los resultados de alta traición al pueblo de Dios y a Dios por despreciar su ley y en especial el cuarto mandamiento tendrá una serie de consecuencias y un desenlace fatal para los adventistas nominales:

“¿No haré que perezcan en aquel día, dice Jehová, los sabios de Edom, y la prudencia del monte de Esaú? […] Todo hombre será cortado del monte de Esaú por el estrago. Por la injuria a tu hermano Jacob te cubrirá vergüenza, y serás cortado para siempre.” (Abdías 1:10); “como tú hiciste se hará contigo; tu recompensa volverá sobre tu cabeza.” (Abdías 1:15)

Pero del pueblo de Dios se desprenden estas promesas reconfortantes para todos sus hijos:

“Mas en el monte de Sion habrá un remanente que se salve; y será santo, y la casa de Jacob recuperará sus posesiones” (Abdías 1:17)

Así como sucedió con el Israel histórico sucederá con el Israel espiritual; de todo el profeso pueblo adventista saldrá un remanente fiel, santo, perfecto, que “guardará los mandamientos de Dios y tendrá la fe de Jesús” (Apocalipsis 14:12), los cuales darán respuesta a lo escrito por Juan en Apocalipsis 7:17:

“Porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?”. Este grupo de santos, los 144.000, soportarán el día de la ira de Dios y habitarán en el fuego de su presencia:

“La casa de Jacob será fuego, y la casa de José será llama.” (Abdías 1:18); “vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia, y su imagen, y su marca y el número de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios.” (Apocalipsis 15:2)

Mas los adventistas nominales, “la casa de Esaú estopa, y los quemarán y los consumirán; ni aun resto quedará de la casa de Esaú, porque Jehová lo ha dicho.” (Abdías 1:18)

Abdías describe las escenas finales de la historia de este mundo previas a la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo y de su aparición en el cielo manteniendo victorioso a su pueblo en el fuego de su presencia y destruyendo a aquellos que decían ser pueblo de Dios pero no lo eran.

En el último versículo del único capítulo de Abdías el profeta escribe:

“Y subirán salvadores al monte de Sion para juzgar al monte de Esaú; y el reino será de Jehová” (Abdías 1:21)

El apóstol Juan vio un juicio en el cielo: “Vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.” (Apocalipsis 20:4)

Los profesos adventistas que nos darán persecución, nos entregarán e incluso nos llegarán a matar serán juzgados, y como dice el versículo 15 del libro mencionado:

“Como tú hiciste se hará contigo; tu recompensa volverá sobre tu cabeza.”

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